Seguidores

sábado, 9 de agosto de 2014

Encuentros, reencuentros y desencuentros.

Crecí a la vida política en 1983 entre paradigmas que inquietaban a los conformistas, reaccionarios, traidores y miedosos: un "Proyecto Nacional", en una "Comunidad Organizada", vislumbrando una "Patria Grande" que nos llevaría a una "Unidad Latinoamericana" que reconociendo una "Colonización pedagógica" nos ayudaría a dirimir la encrucijada de "Liberación o dependencia". Parecería solo un juego de palabras sino fuera porque desde los 15 a los 47 años todavía utilizo estos paradigmas para rumbear todas las actividades políticas en las que participo, y el Arte Público es una actividad política, y el Muralismo la única forma que posibilitó mi activismo.
Encuentro en San Fernando del Valle, Catamarca 1997

Encuentro en Ciudad de Buenos Aires 1997
 Y así uno se encuentra con compañeros que avanzan en un mismo sentido, armando andamios, tomando el pincel, pintando, abriendo libros, aprendiendo, para volver a subirse al andamio y seguir pintando, que es nuestra forma de decir. Y resulta que lo que uno hace no es una novedad, cientos de compañeros hacen lo mismo en diversos lugares de Nuestra América. Piensan y pintan con criterio político, quieren ayudar a transformar su entorno, quieren organizarse y afrontar  los contratiempos y vallas burocráticas e ideológicas que imposibilitan su trabajo, como una verdadera comunidad organizada. Tienen proyectos y sueños en los que estamos contenidos todos, los que hacemos murales y los que no.
El espíritu de los primeros encuentros  que organizamos impulsaba una triada indispensable PRODUCCIÓN-PENSAMIENTO CRÍTICO Y SOLIDARIDAD, este tridente espiritual encierra una ecuación virtuosa y multiplicadora para la organización de cualquier evento colectivo, jornada o encuentro de muralismo.

Encuentro en Corrientes 1998

Encuentro en Río Hondo, Santiago del Estero 1999
Si bien nunca se dudó de la importancia de la actitud militante, de la participación desinteresada del muralista en un proceso de resistencia cultural y de reconstrucción de los tejidos sociales destruidos por los embates del liberalismo de los '90; cada vez más se incorporaba a nuestro ideario la posibilidad de ser reconocidos como trabajadores de la cultura. Esta definición implica una larga reflexión de los compañeros, porque para ser un trabajador hay que redefinir nuestra participación en un proyecto de país, para tener el lugar que merecemos en una comunidad organizada, y no ser el tapón de los intersticios presupuestarios que dejan los políticos para justificar sus cajas chicas en los abordajes territoriales, ni ser la mano de obra barata de políticas culturales que solo tienen presupuestos para eventos masivos y distractivos, y los términos se confunden sínicamente, entonces no nos hablan de caché u honorario, sino de una simple retribución, no nos hablan de proyecto de política cultural sino de un evento en el marco de un festival mayor; no hablan de proyecto educativo, sino de taller de capacitación de tres días; no aceptan un proyecto de “Arte Público” sino de “Museo a cielo abierto”.

Encuentro en Berazategui, Bs. As.2005
Encuentro en Godoy Cruz Mendoza 2011
Pero estos temas no se discutían hace 17 años atrás; se discuten ahora, porque vemos un progreso, una salida del estancamiento social, y que sigue sin contemplarnos. Y que no nos va a contemplar hasta que no haya un profundo debate sobre nuestro rol, en todos los órdenes; estéticos, semánticos, patrimonial, de producción y educacional.
Y ¿qué momento será el adecuado para discutir todo esto? ¿Quiénes son los realmente interesados en discutirlo? ¿Será un capricho de unos pocos pensar estas cosas, y habrá que dejar que todo fluya hacia un devenir incierto lleno de palabras bonitas y amistosas, dejando que el "arte" domine nuestra responsabilidad como sujetos sociales?

Encuentro en Godoy Cruz, Mendoza 2010

Encuentro en Hidalgo, México 2014
En estos años hubo encuentros que empezaron siendo el principio de organizaciones complejas  y devinieron en simples jornadas de trabajo solidario y camaradería. Encuentros que proponían ser el germen del tan esperado cambio de rol, y al otro año todo se dormía en un sueño inducido por el desgano y los intereses personales. Porque la cultura individualista es la que fundamenta nuestra formación artística. El individualismo es la clave del "éxito" artístico, y esto se aloja de forma consiente o inconsciente en nuestras actitudes. Se quiere triunfar, ser reconocido, queremos que la tranquilidad económica nos toque en algún momento, y eso está muy lejos de lo que entendemos como "trabajo", porque un trabajador es similar a otro trabajador, y el "artista" odia ser igual o parecido a otro, odia que lo comparen. Y es que todavía no discutimos sobre lo que es la conformación de los bienes culturales para una sociedad. En una comunidad organizada es importante la diversidad estética y la posibilidad de discernir cómo se distingue entre diversidad estética y manipulación mediática de un producto comercial; y esa posibilidad de discernir solo la da la educación.
Hubo encuentros en que la "educación" estaba dentro de los temas de discusión, pero al año no nos atrevíamos a discutir sobre eso, porque parece un tema solo para los que elegimos la docencia como un modo alternativo de trabajo, y lo peor, es que se halla en la educación conceptos cuestionadores de la propia obra, porque el conocimiento cuestiona, libera al observador de los prejuicios y moldes estéticos establecidos.Y eso incomoda, lastima el ego de los artistas; que fuimos educados en un sistema individualista que no permite comparaciones, ni críticas, que somos nuestros propios maestros y que nos gusta que nos mimen con adulaciones.

¿Por qué cuesta tanto organizarnos? ¿Por qué pensamos que es importante organizarnos? ¿Por qué todos los proyectos, sueños y aspiraciones sociales se diluyen de un año a otro?

Encuentro en Puerto Tirol ,Chaco-2014
Voy leyendo lo que escribo y pienso que lo que nos pasa no es diferente al proceso de nuestras sociedades. Hay una trama que no terminamos de desenredar, como integrantes de una compleja sociedad que lucha por ser autosuficiente pero sin autonomía, una sociedad que aspira a la integración y seguridad pero sin sacrificar los privilegios, una sociedad que busca ser reconocida con su belleza propia pero mirando catálogos de moda.

Los encuentros de Arte Público y Muralismo se redefinen año a año, todos diferentes, pero con las mismas inquietudes: Seguridad Social y laboral, ART, Caché, continuidad de los eventos, conservación patrimonial, participación comunal en la organización. Se camina, se transita pero no se avanza determinantemente. Así y todo seguimos apostando a los encuentros con la esperanza de que la historia nos recuerde unidos. M.C.