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lunes, 6 de abril de 2009

ESPACIO HIJAR DEL PENSAMIENTO

Y para quien quiera ver la visita guiada al mural a todo color (aunque no hay como verlo en vivo):

http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo&feature=related



RETRATO DE LA BURGUESIA

Alberto Híjar

En vano procuré desde julio de 2008 cuando cumplió cien años de nacido Enrique Yáñez, convencer al Secretario de Educación y Propaganda del Sindicato Mexicano de Electricistas de asumir como celebración los setenta años del edificio de la calle de Artes, hoy Antonio Caso, proyectado por el arquitecto Yañez como tesis profesional ganadora del concurso para la sede del SME con todo y gimnasio, auditorio, comedor y un pasillo de conexión de los dos cuerpos principales con una mirilla corrida para ver la calle y eventualmente defender el local con la protección del muro. Hace años alguien modificó la fachada con una espantosa manguetería dorada y dio al traste con el proyecto del dirigente de Arquitectos Socialistas miembro de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). Bueno hubiera sido que el SME se sumara a la exposición de la obra de Yáñez organizada por la Dirección de Arquitectura del INBA en el Palacio de Bellas Artes, pero la lejanía entre la institución estatal y el SME no lo permitió. Ni una ni otro ha podido publicar la tesis de Enrique Yáñez con su tipografía morada de máquina de escribir mecánica y sus planos heliográficos, pese a que el investigador Víctor Arias de la División de Posgrado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, facilitó una copia fiel y propuso tres presupuestos a solicitud de la Secretaría de Educación y Propaganda del SME.

Pero a la par, el electricista César Sánchez, pintor y promotor cultural, ha investigado la genealogía del mural Retrato de la burguesía en el SME. Con la pasante de estudios latinoamericanos de la UNAM Karla Morales, han viajado varias veces a Valencia tras las huellas de José Renau, registraron la información publicada por la revista Lux, entrevistaron familiares de los participantes y consultaron archivos sobre la República Española tan importantes como el de la Sala de Arte Público Siqueiros. Lograron reunir un importante acervo documental, bocetos, grabados, litografías, pinturas y las montaron en el Museo de la Ciudad de México con una línea narrativa fundamental: el internacionalismo del SME triunfante de su huelga general de 1936 para sumarse a la lucha contra el nazismo y el fascismo, la guerra imperialista y en defensa del socialismo que tenía su primer bastión en la URSS. La primera sala de la exposición da cuenta de esto con letreros en los muros y una gran vitrina con documentos probatorios.

La segunda sala rinde homenaje a los realizadores de lo que empezó como retrato del fascismo y contra la guerra y acabó siendo el de la burguesía. Muy ocupado en planear la ejecución de Trotsky, Siqueiros confió en el trabajo del equipo donde José Renau, Comisario de Cultura de la República Española y protector de los tesoros artísticos del Museo del Prado, hizo el análisis geométrico del espectador móvil por el cubo de la escalera asignado para el mural terminado en 1940. Desde el inicio en 1939, participaron los españoles Miguel Prieto y Antonio Rodríguez Luna y los mexicanos Luis Arenal y el tanquista en Madrid Antonio Pujol quien regresó herido como teniente coronel en 1939. Dividieron el trabajo, visitaron y fotografiaron centrales eléctricas y consiguieron la obra mayor del trabajo estético colectivo no sin problemas por la agresividad de los rostros de niños masacrados en el centro visual del espectador y de la corrección con enérgicos trazos de Siqueiros del humo de cuento de hadas hecho por Renau. El ofendido pintor y fotógrafo de vanguardia se retiró del proyecto hasta que cayó en la cuenta de que Siqueiros tenía razón aunque sus modos fueran nada fraternos. Pesó más el recuerdo de la frase surgida en una comida con Hemingway y Siqueiros en España cuando el horror por los bombardeos criminales de los aviones nazis concluyó en que eran “acero contra carne humana”. Falta en la exposición la referencia a la incorporación de la elocuente gráfica de Hartfield sobre todo en el centro visual del mural con sus figuras de frac y máscaras antigases manejando la maquina sangrante de hacer dinero masacrando niños. Cupo el hiperrealismo de Rodríguez Luna y Prieto en los tableros manejados por electricistas en la parte baja de la escalera y en el ahorcado negro ya pintado por Siqueiros en Los Ángeles para remitir al racismo. Siqueiros se dio vuelo cruzando un combatiente fusil en mano para romper el estatismo del cubo y rematarlo con torres eléctricas con la bandera roja ondeante para abrir el techo. El demagogo cabeza de perico y violeta en mano del costado es figura principal al lado de una ventana convertida en gran incendio para asumir todo el espacio donde el edificio neoclásico del Reichstag incendiado y las columnas de soldados realizadas con plantilla adecuada a su funesta uniformidad, dan poderoso sentido visual a la dedicatoria en la trabe de entrada superior firmada por todos los participantes retratados en la exposición. Grabados y litografías de Rodríguez Luna y Prieto, dos espléndidos bocetos de Arenal y dos carteles de su autoría, uno de ellos anunciando la revistaContrataque de un Comité contra el Nazismo y la Guerra, acompañan a la profusión de documentos en las amplias vitrinas al centro de las dos salas principales. En el eje visual y al fondo, una pintura con piroxilina, novísimo material en 1936, prueba la calidad de la obra de Antonio Pujol. Una proyección constante muestra el análisis geométrico que Pujol hizo del espectador móvil en el cubo de la escalera.

Retrato de la burguesía no logra atraer a los trabajadores del SME pese a las reiteradas invitaciones del reelecto Secretario General Martín Esparza. Parece triunfar la cultura macha del alcohol y los gallos con la que los electricistas celebran el segundo periodo de quien levanta todo el tiempo y sin concesiones la indignación contra el neoliberalismo. En el número más reciente de la revistaTrabajadores de la Universidad Obrera de México, Martín Esparza convoca a la construcción de una cultura proletaria. Coincide todo esto con la publicación del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, colección de bolsillo 33 del pequeño gran libro Jugarse el cuero bajo el brío del sol de Héctor Perea quien sintetiza la importancia de los más de cuatrocientos combatientes mexicanos en la defensa de la República Española. Al menos la Asociación Nacional de Abogados Democráticos ha llamado a la visión crítica de la exposición que durante el mes de agosto pudiera recibir contingentes de trabajadores urgidos de reconocerse en el internacionalismo que dio pie al Frente de Defensa Proletaria sin el cual Lázaro Cárdenas del Río no hubiera hecho tanto por el pueblo de México, la República Española, el combate contra el imperialismo, la expropiación petrolera y ya en los sesenta por la defensa de la Revolución Cubana y su proyecto socialista. Retrato de la burguesía contribuye a la comprensión de todo esto y a reconocer a los artistas que supieron significarlo hace setenta años.

24 julio 2009