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martes, 30 de julio de 2013

MURALISMO Y PUBLICIDAD

Hay en el mundo del muralismo contemporáneo, un muralismo que publicita, que vende. ¿Qué publicita? No sé. ¿Qué vende? tampoco sé. Pero vende y publicita.
Imágenes descontextuadas, provocadoras, hilarantes, lisérgicas, ridículas; con composiciones geniales y con gamas cromáticas que te hipnotizan.
Son muralistas que se divierten, divirtiendo, alejando al transeúnte de su realidad cotidiana de contaminación visual y auditiva, y que parecen competir con el diseño de la publicidad comercial.
¿Qué buscan estos muralistas? Tal vez una oportunidad, una tribuna monumental, quizá "pegarla" de una vez y salir del anonimato, salir de pobre.
Y... es complejo definir sus objetivos, porque muchos de estos muralistas no pretenden librar una batalla simbólica y cultural contra la sociedad de consumo; solo te brindan un "break" visual, una propaganda en el gran programa de una ciudad que se vende y te vende. Lo que es claro es que esta ciudad vende ideología, vende un modelo de "normalidad" civilizada, según lo que entendí en un reportaje a psiquiatra argentino exiliado en Francia. 
Buenos Aires quiere ser "normal"  y estar a la diestra de las grandes ciudades del mundo. Para ello tiene que normalizar la rebeldía; tiene que crear normas y hacerlas cumplir, y los graffiteros y los muralistas del diseño son sus "niños descarriados" que  normalizará poniéndolos sobre un escenario hidráulico, a 20 metros de altura, con cámaras de TV, música Punchi  y con globos amarillos. En la ciudad de Macri, el arte público "dice" graciosamente cosas sin sentido, alegres y divertidas.
El muralismo "publicitario" se vende al mejor postor. Puede hacerte un Perón y una Evita, como la mas inverosímil escena, con la mejor de las técnicas y procedimientos artísticos clásicos, en un subterraneo, o para el "mitín de los estilos", queriéndo venderte que son unos transgresores de la  izquierda internacional y terminan pintando para la derecha global.
No hay un límite cierto. ¿Habrá que buscarlo? Si nadie les garantiza una estabilidad laboral, solo "carpe diem" y listo.
Muchos se sinceran y colaboran con campañas publicitarias de multinacionales, otros se dicen "librepensadores" del arte público, siendo útiles a la derecha en su plan de vaciar de contenido y decorar los muros públicos haciendo un gran museo a cielo abierto (excepto los amigos chilenos de La Pincoya).
Y en esa denominación está la trampa. Nadie estaría en contra de que su casa sea parte de un "museo", ámbito erudito depositario de sabiduría ancestral, y mucho menos estaría en contra de que su barrio se llene de turistas con grandes cámaras o polis blanquinegros con fondos coloridos en sus esquinas.
Mientras la ciudad se desarrolla en un clima de exclusión, exclusiva solo para algunos muralistas, que tienen como única condición el "no decir", hay otros muralistas que te cuentan cosas, que te invitan a charlar, a discutir, a reflexionar. Solo hay que descubrirlos en la esquina de tu barrio y gritar "Acá están, miren", porque no tendrán otra forma de prensa. M.C.


















lunes, 22 de julio de 2013

Tirol vuelve al ruedo.

El maestro y amigo Kike Yorg vuelve a la organización de eventos de Arte Público. 
Esta vez con el 1° ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ARTE PÚBLICO. Desde su tierra chaqueña en Puerto Tirol presenta este encuentro con la participación de reconocidos muralistas de Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina.
Con el apoyo del municipio de la Ciudad de Puerto Tirol del 29 de Julio al 4 de Agosto se presentaran: Fernando Calzoni, Felipe Holding, Lucas Quinto y la Red Apacheta entre otros destacados artistas de Nuestramérica.
Les mando un abrazo grande, mucha suerte y el mejor de los tiempos a los amigos del Noreste.
M.C.




viernes, 5 de julio de 2013

La mirada de uno en los ojos del otro

Gracias, maestro Alberto por tenernos presentes, con la fuerza de muchos en su palabra.

MOTOR COLECTIVO EN ARGENTINA

Alberto Híjar Serrano

            Motor Colectivo, Discursos Murales, ha emprendido la intervención de espacios públicos relativamente privados con pinturas en los muros de las casas de compañeros solidarizados con el proyecto. Cinco jornadas con 28 muralistas argentinos y chilenos se han dado desde febrero. Uno de los colectivos ha pintado “La flor de la palabra” en homenaje al manifiesto en náhuatl de Emiliano Zapata. En realidad hay por lo menos dos manifiestos aunque uno, expedido en el campamento principal de Tlaltizapán, Morelos el 27 de abril de 1918, está dirigido a Domingo Arenas el guerrillero tlaxcalteca ejecutado por andar de negociador amnistiado. El tema y la intención de campaña estético-política es un acontecimiento porque la solidaridad internacionalista suele ser del pueblo de México hacia afuera a cambio de nada. No hay en América comités o institutos de solidaridad con las luchas libertarias en México, salvo las referentes al EZLN y a los masacrados, desaparecidos y presos políticos. En el acto por la memoria de Laura Bonaparte, una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, Rosario Ibarra de Piedra recordó los trabajos de la compañera argentina para consolidar la organización nombrada a la postre Eureka.

            El eterno PRI casi octogenario, ha logrado desalentar toda solidaridad internacionalista con el pueblo mexicano en lucha. En los tiempos infames de los setentas, el gobierno de Luis Echeverría recibió con bombo y platillos a exiliados del Cono Sur y Centroamérica mientras masacraba organizaciones insurgentes y servía a la CIA. Ya para el gobierno de fin de siglo de Carlos Salinas de Gortari, México fue sede de diálogos y negociaciones de falsa pacificación a la par que mantenía, por ejemplo el reconocimiento de beligerancia al FMLN. Los acuerdos de Chapultepec que acabaron con la lucha armada en Centroamérica tuvieron como acto simbólico al ex comandante y luego activo contrainsurgente asesor contra el EZLN, Joaquín Villalobos entregando su fusil de combate al presidente Salinas. Misión cumplida. La emergencia del EZLN exigió al gobierno de México la contratación de asesores entre los que se contaron algunos traidores de organizaciones como Montoneros. Sólo el recuerdo queda del internacionalismo de Lázaro Cárdenas para salvar a miles de victimas del franquismo y del nazismo, pero algún recuerdo queda en alguna calle y alguna plaza de Europa de la figura de Gilberto Bosques cuando tuvo que hacerse del Castillo de la Reynarde y otro más para albergar a 850 refugiados. En el México actual, en la América actual, nadie recuerda a Gilberto Bosques ni a los cientos de colaboradores que hicieron posible la salida del Granma en 1956, ni a los cientos de combatientes mexicanos con los mambís de Martí y Maceo y en las luchas armadas de Centroamérica. Por tanto, importa la memoria de estas solidaridades como parte fundamental del presente y futuro de Nuestra América.

            Marcelo Carpita, destacado muralista argentino hasta hace algunos años organizador de Murosur, sostiene un trabajo constante desde fines del siglo pasado. Es el autor del boceto de “La flor de la palabra” realizado con el apoyo de Carina Monasterio, Leopoldo Ortiz, Bernardita Sempio y Lautaro Carpita, obviamente hijo del maestro promotor del arte público que lo nombró igual que el héroe independentista conosureño. El homenaje a Zapata remite a su actualidad en el EZLN y los Caracoles ocupados en estos días con la organización de La Escuelita, proyecto educativo con cupo lleno. Homenajear a un manifiesto en náhuatl en la víspera del agosto escolar zapatista, obviamente importa como alerta ante la presencia indígena actual, pero no sólo, sino también ante la urgencia de solidaridad internacionalista con las luchas que abarcan desde el norte de México, Vícam en Sonora donde los yaquis cierran intermitentemente una carretera principal para exigir que el gobierno federal no los despoje del agua. Del propio norte, el pueblo Wirikuta se mantiene en lucha contra la destrucción de su tierra ceremonial para beneficiar a las mineras canadienses, de manera semejante a como ocurre con los mapuches en Chile y a otros pueblos asolados por la venta a trasnacionales de la biodiversidad. Vale recordar la importante aportación hecha por un argentino avecindado en México, Adolfo Gilly, quien escribió en la cárcel el clásico de inspiración trotskista La Revolución Interrumpida. Es suya la denominación de Comuna de Morelos a lo realizado por Zapata en los pueblos de su origen. Es ejemplar su comportamiento como preso político al haber escrito en la terrible cárcel de Lecumberri de 1966 a 1968, la obra que actualiza al zapatismo.

            Carpita ha colocado en el extremo izquierdo del mural, un fusilamiento donde los ejecutores y las victimas visten igual la manta blanca característica de los campesinos. Tal es el dilema para el extremo izquierdo porque la bucólica vida comunitaria imaginada por la fantasía de los románticos urbanos, no advierte los enfrentamientos característicos de pueblos y comunidades divididos por la posesión de la tierra, sus frutos, los créditos para cultivarlas, las iglesias que las acompañan, los sobornos y chantajes de la burguesía en el poder. La mirada de Zapata en la base del mural es necesaria para otear el horizonte. Que en Buenos Aires haya trabajadores del arte y la cultura comunicando la memoria necesaria, rinde homenaje también a la tendencia de arte público alentada por Siqueiros que llamó a sus colegas argentinos en diciembre de 1936 a impulsar la formación de colectivos para realizar lo planteado el año anterior en Los Ángeles de donde tuvo que salir apresurado. Propuso entonces la pintura dialéctico-subversiva. El proyecto Motor Colectivo garantiza continuidad a la intervención libertaria de espacios públicos con excelencia técnica al servicio de la dimensión estética nuestramericana de urgente realización práctica.       

4 julio 2013