Hace aproximadamente 13 años hubo un malentendido con el Maestro Adolfo Mexiac a raíz de una opinión mía sobre unos personajes del arte público argentino y mexicano; lo cual me mantuvo estúpidamente distanciado de su compañía, amistad y sabiduría. El tiempo me fue dando la tranquilidad para comprender la importancia de las opiniones y del diálogo respetuoso, y de todo lo contrario también.
Quiero aprovechar este espacio para volver a celebrar mi respeto y admiración con las correspondientes disculpas por mis modos y actitudes. Para ello publico una nota que le hicieron a principios de este año en el Diario digital La Jornada de Michoacán como un ejemplo de su pensamiento y mi solidaridad. M.C.
Sectores conservadores han tratado de eliminar, a como dé lugar, el mural Montañas de Michoacán, en el Centro Cultural Clavijero, lamenta el artista
Las artes visuales no son prioridad para autoridades estatales de cultura: Mexiac
Tras la mejoría de las condiciones físicas del edificio y ante la nueva vocación cultural del Palacio Clavijero, hay un sector de la población en Michoacán y particularmente en Morelia que no quita el dedo del renglón respecto a que el mural Montañas de Michoacán, de Adolfo Mexiac, debe ser reubicado; sin embargo, su autor mengua las críticas al asegurar que provienen de sectores conservadores y reconoce que si pudiera modificaría cosas en la obra.
El artista plástico estuvo en Michoacán para presentar el documental Libertad de expresión, en el que Oscar Menéndez hace del pintor su objeto creativo. Mexiac aprovechó su estancia en la capital del estado para una sesión fotográfica en el Centro Cultural Clavijero y para tratar de abrir puertas que le permitan regresar a Michoacán; no obstante, manifestó en entrevista conLa Jornada Michoacán: “he estado esperando ligarme con Michoacán de alguna manera, pero veo que las personas que tienen las riendas de la cultura en el estado tienen muchas actividades y, obviamente, las artes visuales no son su prioridad. Yo realmente estoy recluido en un poblado cercano a Cuernavaca, ahí estoy trabajando. He estado sin trabajos oficiales desde hace cinco años. Mi último trabajo oficial fue para la Universidad de Colima, un mural muy grande en la Facultad de Leyes”.
Adolfo Mexiac se toma fotos frente al mural Montañas de Michoacán, creado entre polémicas que aún no se han disipado, pues la obra permanece en Clavijero. La escena lleva a recordar que fue precisamente cuando Jaime Hernández fungía como director del Instituto Michoacano de Cultura cuando se creó la obra, entonces resulta obligado preguntarle las razones por las que ahora no goza de la atención que en otro tiempo le benefició: “siempre que nos vemos (con JaimeHernández) hay mucho afecto y todo eso, pero me imagino que él se siente apabullado por la cantidad de actividades que tiene y que no lo dejan ver con mucha calma lo relacionado con las artes visuales”.
Mexiac rememora la tensión alrededor de la creación del mural y comparte: “era una polémica de parte de algunos compañeros en los que obviamente había algo de despecho, porque ellos no lo hicieron, pero fue una iniciativa apoyada por el entonces gobernador de Michoacán (Tinoco Rubí)”.
“Desde un principio hubo oposición porque la persona que restauró originalmente este edificio fue González Galván que se sentía dueño del edificio, se sentía muy purista, no obstante, hizo muchas modificaciones estructurales a la arquitectura del edificio; la fuente tenía la mitad de altura que hoy y el patio mismo tenía jardines que es lo característico de estas construcciones. Yo no considero que hayan sido buenas soluciones. Tuvimos un choque fuerte con algunas personas del estado de Michoacán y sobre todo de Morelia, pero pienso que son personas muy conservadoras que en lugar de pelear se hubieran puesto de acuerdo conmigo para hacer las cosas lo mejor posible”.
En enero del 2008, el Centro Cultural Clavijero fue abierto después de una restauración dirigida por Ricardo Legorreta y entonces se proponía la reubicación del mural, moción sobre la cual opinó el también grabador: “Lo que han tratado es eliminar el mural a como de lugar. El mural no está pintado directamente sobre la pared, es un muro falso, pero en este momento ya sería un poco difícil subirme a los andamios y andar haciendo retoques”.
El pintor comparte que el creador experimenta la sensación de que nunca están concluidas sus obras, por lo que se le preguntó si años después de ver Montañas de Michoacán se siente satisfecho con el resultado, a lo que argumentó: “No, en este momento me pondría a modificar cosas, no los conceptos que no los han entendido porque el mural tiene tres conceptos; uno: donde están los niños en una parte abocetada que es muy libre; segundo: enfrente hay un árbol genealógico con algunos de los personajes más importantes que ha tenido Michoacán y la idea fue hacer nada más un dibujo, y tercero: la parte central es una interpretación más o menos tradicional de la pintura mural”.
“Son tres conceptos distintos, no está integrado como una sola obra porque a mi siempre me gusta experimentar, mi obra siempre ha sido de experimentos, por ejemplo; El mural del Palacio Legislativo en México es un grabado mural de 350 metros; algunas de las obras en la Universidad de Colima son esgrafiados, una técnica etrusca que aprendí en Argentina, y el primer mural que realice en Colima es con mosaico de piedra que es la técnica que originalmente trabajaron Rivera y O´Gorman”.
Al preguntarle si en Montañas de Michoacán no se difumina la impronta de Adolfo Mexiac ante el estilo impreso por sus ayudantes, afirma que en ese mural si se aprecia la huella de su pincel.
El documental de Óscar Menéndez sobre la vida y obra del pintor ha levantado voces que ya hablan de Mexiac como un posible candidato al Premio Nacional de Ciencias y Artes, sin embargo, Adolfo Mexiac es consciente de que su trayectoria se ha visto un tanto eclipsada por el mural en cuestión, por lo que comenta: “Me da mucho gusto estar en Morelia y Michoacán para presentar el medio metraje sobre mi persona. Tengo la oportunidad de tener contacto con mis paisanos, lo cual me da mucho gusto, pero ¡nadie es profeta en su tierra!”
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