Stephanie Garlow | GlobalPost
Buenos Aires se ha convertido en la meca de los grafiteros por su permisividad para pintar en cualquier sitio. Nacido de las protestas por el caos de su colapso económico de 2001, el arte callejero argentino se ha alejado ahora de la política para convertirse en toda una tendencia cultural. Aunque a veces, las paredes de Argentina siguen sirviendo para denunciar(...)"
Este es el título y encabezado de un artículo que publicó el diario digital lainformación.com. Describe de manera capciosa una Argentina que nació al lenguaje visual público a través de la producción graffitti, que a su vez, éste, nace durante la crisis social del 2001; y reduce la actividad de arte público del país a Buenos Aires, "vendiendo" a la "rarísima" ciudad porteña como heredera de una Barcelona en crisis y como zona liberada a los graffitteros mundiales que son limitados por sus leyes restrictivas locales.
La autora del artículo por un lado trata de dar una descripción errónea de la historia del arte urbano y el graffitti en Argentina, sin aclarar que si se permite esta producción estética es por decisión política de un gobierno de derecha que, justamente, permite la realización de obras vaciadas de contenido, prohibiendo so pena de "contravención" toda manifestación con contenido político social. O sea, si a un vecino se le ocurre pintar en su barrio un mural, puede ser denunciado y penalizado por pintar sin la debida autorización; pero si lo que hace está en uno de los barrios "liberados" queda como un hecho artístico alternativo. Asimismo, si lo que hace en estas zonas "molesta" o "critica" el establishment, le sucede lo mismo que en su barrio. Con la excepción de que pintando la imagen de "Néstor" te exime de ser penalizado (pero esta es otra discusión).
En síntesis, Buenos Aires es una rara ciudad en la que la derecha mas inútil gano por segunda vez reafirmando la voluntad de que en la ciudad solo se hará un arte inútil.
¡¡Graffitteros del mundo veníos a esta ciudad!! Pero no hagan pendejadas. M.C.
1 comentario:
Esa historia no la creó la autora de la nota.Hace un par de semanas la escuché en un documental sobre stencil, y antes ya la había escuchado. Y además es la historia que cuentan sobre si mismos varios de los artistas, más que nada los que hacen stencil.
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